El abogado dentro de una empresa cada vez juega un papel más relevante. Tomando en cuenta que su fin primordial es velar por los intereses de la empresa para que labora y dar certeza jurídica a todos los actos que se realicen, podrá involucrarse en todas las áreas o departamentos de la misma convirtiéndose en un aliado estratégico.
El abogado siempre debe ir un paso adelante, ser un visionario pues debe tener un alto sentido previsor, para que la empresa pueda evitarse problemas en un futuro. Además de esto, el abogado debe estar actualizado en cuanto a normativas y mejores prácticas, debe estar en un constante aprendizaje para que éste pueda asesorar de una manera precisa en el momento menos pensado. Como bien lo indica el tratadista Eduardo Couture en Los 10 mandamientos del Abogado: "El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado."
Para poder desempeñarse como un abogado dentro de una empresa se debe contar con conocimientos amplios en distintas ramas del Derecho dentro de las cuales se pueden mencionar:
Civil: Para revisar y elaborar de manera efectiva los contratos distintas clases de contratos.
Administrativo: Para asesorar en las distintas relaciones que puedan surgir con el sector público;
Mercantil: Para velar por el adecuado desempeño de las relaciones comerciales con socios estratégicos y/o clientes, además de todo lo referente al registro de las sociedades, empresas, representantes, acciones, etc.
Penal: En el caso de que surja un ilícito dentro de la empresa y se deban defender los intereses de la empresa.
Laboral: Para mantener el buen desempeño de las relaciones que surjan entre empleador y empleado, cuidando siempre por el cumplimiento de las leyes laborales y convenios internacionales.
Propiedad Intelectual: Velando por la protección de marca, patentes, secretos industriales y el know how entre otros.
Fiscal: Velando por el estricto cumplimiento de las obligaciones fiscales.
Y otras, ya que dependiendo de la industria en la que se desempeñe, se podrá necesitar un abogado con conocimientos más específicos y especializados como podría ser en Derecho Marítimo Internacional, Derecho Portuario, Derecho de la Niñez, Derecho Canónico, Derecho Aeronáutico, Derecho de la Moda, y un largo etcétera.
Como pueden observar, el abogado se desempeña en todos los ámbitos de la empresa, se involucra en el día a día, desde lo operacional hasta reuniones del más alto nivel para la toma de decisiones importantes, acompañando y fortaleciendo así al equipo director de cualquier entidad, brindándoles seguridad y certeza jurídica en el qué hacer de la empresa.
Con lo anterior, únicamente hago una breve referencia en cuanto a la preparación académica que el Abogado Corporativo debe tener para poder desempeñarse diligentemente; pero... no olvidemos también que debe contar con habilidades blandas dentro de las cuales se pueden mencionar: responsabilidad, trabajo en equipo, liderazgo, templanza, manejo de emociones, autocontrol, negociación, etc.
Además de todo lo mencionado, ¿sabes qué marca la diferencia entre un buen abogado corporativo y uno que no lo es? Porque tanto uno como el otro puede tener amplios conocimientos del derecho y tener desarrolladas sus habilidades blandas, pues quiero mencionar que lo que hace la diferencia es la ÉTICA con la que se desempeñen las funciones. El abogado debe conducirse con decoro y ser de una integridad inquebrantable, que no sea negociable; esto para llevar a tu empresa al próximo nivel. Al contar con un abogado dentro de la empresa, te evitarás contratiempos, malos momentos, demandas de toda índole y sobre todo y considero que es lo más importante que al trabajar en prevención, también se podrá ahorrar dinero, no afectando así las utilidades de la empresa.
Toda empresa debe contar con un Abogado, desde los emprendedores hasta las grandes industrias; no lo veamos como un gasto, veámoslo como una inversión que te ahorrará muchos dolores de cabeza.
Por cierto... ¿Comprendes ahora la importancia de contar con un Abogado dentro de tu empresa?.
Es alentador observar cómo la presencia de abogados en el entorno empresarial se ha convertido en una práctica estándar. La contribución de estos profesionales no solo fortalece el andamiaje legal de las empresas, sino que también asegura que la toma de decisiones esté respaldada por un conocimiento especializado. Esta sinergia entre el derecho y los negocios no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también fomenta una cultura empresarial fundamentada en la integridad y la transparencia. Un reconocimiento importante para el papel esencial que desempeñan los abogados en el éxito y la sostenibilidad a largo plazo de las organizaciones.